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Waiting for America - Español

Illustration by Camila Kerwin

Waiting for America - Español

WLRN News evalúa un punto clave — un año después — de la agenda de inmigración de la administración de Biden.

Tan pronto como el presidente Biden asumió el cargo en enero de 2021, su administración se vio abrumada por una crisis para la cual, admitió, no se había preparado lo suficiente: un número sin precedentes de migrantes que cruzaban la frontera sur.

Pero las personas que ingresaban ahora no provenían de los países habituales, como Honduras. La mayoría huía de Venezuela, hogar del peor desastre humanitario en la historia moderna de América del Sur y de uno de los regímenes autoritarios más brutales del continente. Estos venezolanos estaban realizando un viaje especialmente peligroso: en ruta hacia Estados Unidos, la mayoría pasaba por la selva a menudo mortal del Tapón del Darién, entre Colombia y Panamá.

Migrants walk along precipice
Ivan Valencia
/
AP
Migrantes cruzan el Tapón del Darién desde Colombia a Panamá con la esperanza de llegar a Estados Unidos, el martes 9 de mayo de 2023.

Después de casi dos años de preocupación y de ver cómo el tema de la inmigración afectaba la aprobación de Biden, la administración ideó una forma de aliviar la presión en la frontera: un proceso probatorio, basado en un proyecto similar para refugiados ucranianos, que permitiría a migrantes desesperados como los venezolanos venir a vivir y trabajar temporalmente en Estados Unidos durante dos años.

Necesitarían un patrocinador aquí que los respaldara y, lo más importante, deberían quedarse en su país para solicitar la admisión y mantenerse alejados de la frontera de Estados Unidos. Esa era la pedida de la administración, pero a la misma vez implicaba deportar a los migrantes que seguían llegando a la frontera através de zonas peligrosas como el Darién.

Hace un año, el 18 de octubre de 2022, se invitó a los venezolanos a inscribirse en un proyecto piloto. Cubanos, haitianos y nicaragüenses, grupos que también escapaban de graves crisis humanitarias y dictaduras, serían incluidos dos meses después.

Después de meses de investigación, WLRN ha descubierto que el programa está obstaculizado por problemas burocráticos que socavan su éxito: la demanda es más alta de lo que la administración de Biden había anticipado. Es difícil, si no imposible, para algunos migrantes encontrar patrocinadores y obtener pasaportes. Los permisos de trabajo tardan meses en obtenerse.

"El programa es la mejor esperanza que hemos tenido en años", una venezolana dijo a WLRN. "Pero la espera duele".

Analistas políticos argumentan que sería mejor que el programa funcione –y sobreviva a un desafío en los tribunales federales– o pudiera resultar ser un “desastre” para la política fronteriza del presidente Biden. En nuestra serie Esperando a EEUU, pasamos tiempo con las personas atrapadas en medio de todo esto.

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